28 de agosto de 2002. Madrid
Tres jóvenes se dirigieron al lugar en que sabían que dormía esta persona sin hogar y «movidos por el desprecio que les generaba», según la propia sentencia, comenzaron a golpearle. Le sorprendieron dormido y arremetieron contra él con una barra metálica y una cadena antirrobo. La víctima trató de levantarse pero los ultras siguieron golpeándole en la cabeza y le pisotearon el rostro. El hombre falleció minutos después por una hemorragia masiva.