1 de mayo de 2001. Madrid
Un policía fuera de servicio, un amigo y dos mujeres acudieron a la Gran Vía en una furgoneta Renault. El amigo del policía se apeó del coche y, armado con una barra negra, golpeó a Fathey M. M., de 46 años; Abdul M. S., de 42, y Francisco Javier, de 34 años, según el testimonio de José Luis G. S. Los tres estaban sentados en la calle y fueron atacados sin que mediase provocación, según la Jefatura Superior de Policía, que no aclaró el móvil de la agresión. La familia del fallecido mantiene, citando fuentes policiales, que el agente y su amigo acudieron a la zona a robar cocaína. Una hora después de los hechos se presentaron en la comisaría de Centro los supuestos agresores y ofrecieron una versión opuesta de lo sucedido, según los investigadores.
Los investigadores llegaron a la conclusión de que el policía y su supuesto amigo mintieron. Ambos fueron detenidos por un delito de lesiones y una denuncia falsa. La familia del fallecido aclaró ayer que éste se hallaba en la calle de la Montera en compañía de los otros dos agredidos. Estos dos últimos, según los familiares, se dedicaban a la venta de cocaína. «Fueron a quitarles la droga a esos dos hombres y pegaron a mi hermano, que es muy moreno, al confundirle con uno de ellos», dijo su hermana. Vivía con sus padres en Carabanchel. El policía tenía ya un expediente abierto por supuestos malos tratos a un detenido.
El Defensor del Pueblo solicitó investigar el crimen cometido por el agente, con independencia de las actuaciones judiciales. Además, esta institución abrió una queja de oficio ante la eventualidad de que la agresión pudiera tener su origen «en motivaciones de origen racista».