10 de diciembre de 2000. León
Jorge Ramón entró en un bar y dos jóvenes que no le conocían de nada, lo invitaron a beber. Los tres abandonaron el lugar y tras deambular por varias calles de León, estuvieron sentados en el parque de La Granja, reanudando el paso hasta llegar a la zona de La Candamia. Allí, se sentaron en un banco, y, siempre según el escrito de calificaciones previas, el menor de edad recordó al otro joven «que tenían que matar al vagabundo, porque para eso habían ido allí». En ese momento «procedió a sacar una navaja que tenía en el bolsillo, dando un navajazo en la cabeza a Jorge Ramón, quien no pudo hacer nada en su defensa ante lo inesperado de la acción» reza el guión del juicio. Según se relató en el juicio, cuando la víctima ya tenía lesiones importantes en la cabeza, los dos supuestos autores de los hechos comenzaron a darle patadas y nuevos navajazos, sumando entre ambos 105 y una gran herida incisa en el abdomen, causando la muerte de Jorge Ramón por shock hemorrágico. El guión del juicio insiste en que la víctima recibió más navajazos de los que hubieran sido necesarios para causarle la muerte, con intención de aumentar el dolor. La acusación particular señala, en su descripción de los hechos, que el vagabundo recibió «cerca de 20 puñaladas y patadas» antes de caer al suelo. También indica que, una vez producida la parada cardiorrespiratoria que acabó con la vida del finado, los imputados en los hechos volvieron a abalanzarse sobre la víctima, causando una gran herida incisa desde el esternón a la región umbilical derecha, dejando al descubierto la cavidad abdominal y las vísceras.