5 de abril de 2013. València
Hombre de 58 años y de origen rumano, electricista en paro que en la actualidad se ganaba la vida buscando chatarra entre la basura y cualquier cosa que pudiera vender para poder comer. Su carácter alegre y tranquilo, según destacan de él sus amigos y familiares, contrasta con la forma en la que encontró la muerte la pasada madrugada, brutalmente golpeado junto a unos contenedores en una calle del barrio del Cabañal de Valencia. Su presunto agresor huyó del lugar antes de la llegada de la policía.
Una pareja que se dirigía a su domicilio encontró el cuerpo de la víctima, junto a dos contenedores, en medio de un charco de sangre. Bajaron del coche para ayudar a la víctima porque creían que había sufrido una caída accidental, pero vieron cómo un individuo de unos 30 años y tez morena, que vestía ropa deportiva de color claro, corría hacia ellos. «Nos asustamos y nos fuimos», explicó el joven, que posteriormente se enteró del violento crimen.
La víctima convivía con varios compatriotas en una planta baja en la calle de la Conserva. La víctima había reunido unos pocos euros para volver a su país, según un familiar. Salía todas las noches con su carrito y solía comprar una cerveza de litro en un supermercado cercano para compartirla con sus amigos. «Miluta no se metía con nadie. No entendemos qué ha pasado», afirmó el pariente.