3 de enero de 2012. Barcelona
Uno de los condenados se acercó a un grupo de senegaleses que jugaban al fútbol para recriminarles que jugasen en la vía pública y les insultó: «Hijos de puta, negro de mierda, iros a vuestro país». Como se negaron a dejar de jugar este hombre llamó a dos hijos suyos que acudieron al lugar con un bastón y un cuchillo. Comenzaron una pelea y más tarde llegó otro hermano, al que su padre incitó a acabar con la vida de los senegaleses diciéndole «estos negros que me han faltado al respeto, hay que matarlos a todos». Acto seguido, el tercero de los hijos fue a por una pistola, hizo un disparo al aire y luego otro a la víctima, que acabó con su vida. Aunque este fue el relato de este crimen con indicios racistas que hizo el fiscal, finalmente el jurado no consideró probado que los acusados perpetraran el crimen por motivos racistas.